Viernes nueve de Enero de 2009. Valle del Cauca.
5:00 a.m.
Me levanto ansiosa. Hoy por fin voy a tener un primer encuentro con mis lectores, niños y niñas de primero del Colegio Jefferson que han leído a "Gregorio, el monito bulloso". Ya me han advertido sobre el bombardeo de preguntas que voy a enfrentar.
6:00 a.m.
Salgo en dirección a Cali. Me espera una hora de camino en la que voy repasando las pocas palabras que escribí en mi presentación sobre los procesos creativos que impulsaron la escritura de Gregorio...Justo hoy amanecí con una gripa apestosa y sigo pensando en los niños que me esperan.
7:20 a.m.
Llego un poco tarde. Voy en dirección a la sala de profesores y los abrazos, besos y bienvenidas de mis antiguos compañeros y amigas no se dejan esperar. Una niñita rubia me observa desde la entrada con nerviosismo y emoción...pero yo estoy mucho más emocionada que ella...
Todo es como lo habíamos imaginado. Las preguntas de los niños:
¿En quién te inspiraste para tu personaje de Gregorio?
¿Es San Francisco la ciudad a la que viaja Gregorio?
¿Porqué te ves tan distinta en la foto del libro?
Yo replico ¿Dónde me veo mejor? y un niño señala mi foto en la carátula...Esos son los niños, un mundo maravilloso, alegre y espontáneo.
12:30 m. La jornada no ha podido ser mejor. Me despido con la promesa de volver, de seguir trabajando en la generación de ideas creativas, agradecida con el Colegio, con mis colegas y con los niños y las niñas del Jefferson por tan cálida acogida.
