Nunca
fui tan consciente de ello como en ese momento. Era un mundo loco el que
pintaban las revistas online, los noticieros en la tele, los realities, las
novelas, el cine. Pero nada tan punzante como la realidad. Ninguna ficción
alcanza siquiera a rozarla; como dos líneas paralelas, sin un horizonte
convergente.
¿Cómo
imaginar lo que depara la vida?
Ella
siempre está ahí, agazapada en el camino, sorprendiendo cuando menos se la
espera, por más que se la planee. Por mucho que se la sueñe. Te acaricia y de
pronto, te rasguña. Te hiere y luego, te acuna. Pasa rauda sin que casi lo notes.
Cada
parpadeo te devuelve una imagen transformada de ella en ti y el camino es
ineludible. No lo puedes desandar, solo transitarlo hacia ese destino común.