Las recientes imágenes de los inmigrantes sirios entrando por cualquier huequito en Europa
para salvar a sus familias, muriendo en el mar tratando de escapar; de los
jóvenes parisinos y de otros lugares del mundo muriendo a manos de otros
jóvenes cegados por el rencor y movidos por intereses oscuros (detrás de ellos) que van más allá
de las creencias religiosas y tienen sus ojos puestos en la riqueza y el poder; la gran controversia que ha generado en nuestro país la aprobación de la ley
para que las parejas homosexuales adopten un hijo; la ceguera mental y
espiritual frente al que sí debería ser el problema principal que enfrentemos
todos unidos como humanidad, el cambio climático y sus catastróficas
consecuencias; solo por nombrar algunos ejemplos de hechos que han sido frecuentes
en nuestra historia humana son tal vez el resultado de una educación basada en
prejuicios, miedo frente a la diferencia, poco respeto por la vida del otro y
la propia, ambición desmedida de algunos por el poder y la riqueza que poco tienen que ver con conceptos como el de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Para mí, desamor, o amor con condiciones “amor, solo sí…”
Solo sí profesas algún credo
que de fe de tu amor a un dios creador.
Solo sí eres un tipo “normal”,
con una familia “heterosexual normal”, aunque el amor solo sea un disfraz que
te pones frente a los demás.
Solo sí apruebas las
ideologías de otros que desean fervientemente y con furor que te vuelvas un
adepto más.
Solo sí aceptas mis
condiciones para estar conmigo pues si no, estás contra mí y eres mi enemigo.
Solo sí de ti logro conseguir
algo porque de lo contrario no me sirves.
Solo si no discutes
públicamente tus posiciones, porque entonces empieza un nuevo círculo vicioso.
Tenemos
una tarea grande y bella con nuestros niños: ayudarles a descubrir lo
maravilloso en cada uno; a aceptar errores, enfrentarlos y repararlos como herramienta fundamental de crecimiento; a entender que el planeta es un bien común y al tiempo,
nuestra única fuente de vida y todos tenemos un deber con la Tierra.
Tal
vez si ellos logran comprender, logren también derribar los tabúes y
prejuicios que pueden terminar por destruirnos, y construir esa comunidad
humana justa en la que de seguro cada uno de los habitantes de este mundo
quisiera vivir.