AFRODITA
Tú,
Mi Eros
floreciente,
Rómulo
pegado a su loba.
Yo,
Afrodita,
vendré a ti con mis dardos de fuego atravesando letalmente tu sustancia.
Como
Abelardo y Eloísa, consumaremos una y
otra vez nuestro emancipado credo a la lujuria.
Serás la
presa bajo la garra suave y firme de mi lascivia,
La
agitación de tu sangre ardiente despertará mi sed de ti y tendré que devorarte
palmo a palmo.
Empezaré
por tu tierno tallo, mordisqueando apetitosa tus contornos hasta escalar la
arista más septentrional de tus deseos y entonces, tu mirada se posará turbia
en mis ojos felinos, cuando sientas que una muerte chica se desploma sobre ti
estallando en mil big bangs.
Ampudia, 2015