jueves, 10 de febrero de 2011

Había una vez... (a neverending story)


Había una vez un parquecito al que nadie prestaba atención. Los vecinos lo tenían abandonado a su suerte…se había convertido en refugio de perros sin dueño y gente sin alma. Nadie cuidaba de él y por eso se mantenía sucio y triste.


Un día pasaron por allí unos niños y sintieron pena por él. Decidieron entonces reposar unos días en sus prados y pintar y sembrar y jugar por sus rincones…

Los niños eran de todas las edades…había de 3… y de 6… y de 12… y de 15…
¡Hasta de 80 años los había!…
Eso tienen los niños… nadie podría imaginar cuántos parques han recorrido y por cuánto tiempo…

A medida que pasaban los días, el parquecito se fue iluminando. El sol se unió a los niños y brillaba incansable. La gente que acostumbraba pasar por allí veloz, envuelta en sus gabanes al abrigo de paraguas… sin mirar alrededor… Ahora se detenían. Descubrían sus rostros para ver el parque y a sus alegres huéspedes… Incluso se atrevían a dar su opinión sobre el clima: “Qué buen día hace hoy ¿no le parece vecina?”.

Entonces, cuando los colores, el aroma del prado fresco y las risas regresaron al parque, los niños se despidieron. Era momento de partir. Al fin y al cabo hay muchos parques que recorrer y gente por conocer…

El parquecito se despidió feliz “¡Vuelvan…vuelvan siempre!”




   

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