jueves, 28 de abril de 2011

Yo leo... Yo escribo... ¡YO SOY!

Muchas veces me he preguntado cómo aprenden realmente los niños a leer y a escribir.
He intentado descubrir el secreto de esa magia que se produce, de un año a otro, cuando niñas y niños se convierten en seres autónomos que leen: todo lo que se atraviesa ante sus ojos, nombres, letreros, títulos, avisos publicitarios y cuanta cosa ven.
Y que escriben... Noticas de todo tipo, en cualquier papel que tengan a mano... De pronto han dejado de ser los bebés del preescolar.
Todos pasamos un día por allí. 
Tal vez aún conservamos algunos recuerdos de la maestra que nos enseñó; del primer libro que leímos frente a padres orgullosos, abuelas consentidoras y primos burlones; de nuestras primeras escrituras...

Durante los últimos años he contemplado el prodigio de ver y escuchar a los niños de Kinder y primero, de muchos colegios, leer con orgullo: "Gre- go- ri- o" y escribir sus nombres en las ilustraciones que realizamos durante los encuentros. No he podido evitar la curiosidad de saber cómo lo han alcanzado y entonces veo ante mí a las artífices de semajente logro: ¡LAS MAESTRAS!

Es un proceso que requiere paciencia, amor, dedicación y mucha tenacidad para corregir, una y otra vez, con cariño. Con firmeza sin herir. Los cuadernos de los niños y las niñas son el precioso testimonio de esta increíble transformación que comienza en los primeros días de clase con pequeños textos que van decodificando, aprendiendo, re-escribiendo para finalmente tener el ilimitado poder de transformarlos en nuevos textos.
La lectura y la escritura son, en principio, inseguras, temblorosas... Se busca la mirada de aprobación. 
Con el tiempo esas palabras irán recorriendo diversos caminos, tomando la identidad única de quien las lee o de quien las escribe...

Y la magia seguirá estando presente...

viernes, 15 de abril de 2011

NUEVOS ENCUENTROS... NUEVOS RETOS

Los encuentros con mis pequeños lectores siempre resultan increíblemente estimulantes. La semana pasada tuve la oportunidad de compartir algunos espacios con los estudiantes de cuarto y quinto del Gimnasio La Colina de Cali y los niños de preescolar y primero del Colegio Internacional Cañaverales. Su irreverencia, su inteligencia, pero sobre todo su energía arrolladora, que reta a cualquiera que se ponga frente a ellos sin importar trayectoria o experiencia, me dejó recuerdos muy especiales y nuevos aprendizajes en mi rol de escritora-ilustradora…

Como siempre, el tiempo fue nuestro límite…

Las reflexiones y análisis de los niños de quinto fueron de una calidad que pone de manifiesto la gran capacidad de observación que pueden llegar a desarrollar niños y niñas bajo ambientes estimulantes…

Las propuestas de ilustración que desarrollaron tanto los estudiantes de cuarto como los de quinto para textos no convencionales en los que se debía enfrentar conceptos abstractos, me conmovieron tanto por la interpretación gráfica que hicieron de la historia como por los particulares estilos de dibujo de cada niño…

Finalmente, la lectura de Gregorio con los niños y niñas de preescolar y primero del Colegio Internacional Cañaverales resultó francamente dinámica y divertida. Sus dibujos, y los de muchos otros niños y niñas que se han acercado a Gregorio, tendrán su espacio en este blog próximamente…

¡A todos estos estudiantes y a sus profesores un agradecimiento sincero por la cálida acogida!

NOTA ESPECIAL: En la columna de la izquierda podrán ver el álbum de fotos de estos dos nuevos encuentros... ¡Hasta una próxima oportunidad!















viernes, 1 de abril de 2011

UN AULA ESPECIAL


Dice Aidan Chambers, autor inglés de Literatura para niños y jóvenes, en un aparte de su artículo Un consejo para escritores principiantes: "Cuando se trata de escribir, eres lo que lees":
“… De todo lo anterior, se podría inferir que la lectura es para mí sólo un elemento que me ayuda en mi trabajo. Y de ninguna manera es así. En primer lugar soy lector y luego escritor. La lectura hace de mí quien soy. La escritura me transforma. Estaría perdido si no leyera, no sabría quién soy. Al leer lo que he escrito, descubro en qué me he transformado.”

Hoy tengo en mis manos mi tercer cuento publicado: UN AULA ESPECIAL. Cuando lo tomé, sentí nuevamente la emoción de ver convertido en un “objeto” lo que empezó como ideas, trazos, dibujos…

Acaricio la portada. Me gusta el diseño. Empiezo a leerlo como si no lo conociera. Sé que en esas páginas se encuentra plasmado el trabajo de otras personas que ayudaron a convertirlo en aquello que hoy puedo leer

Me topo con la dedicatoria: A Nina y Emilia, mis abuelas. A Oliva y Armando, mis padres… Todos ellos, mis primeros maestros… Vuelvo a sentirme afortunada de haber nacido en el hogar que me tocó: Unas abuelas narradoras de historias fantásticas que hicieron divertida mi infancia y voraz mi imaginación, y unos padres que me enseñaron a leer para crecer y a escribir para crear.  

Estoy absolutamente de acuerdo con Aidan Chambers. Yo soy lo que leo. La lectura me construye desde adentro. Se sintoniza con mis emociones y con mis memorias. Reorganiza mi yo interior. Me da luz...
Leo mucho, aún estoy en construcción.
Pero también escribo. Todo lo que leo, vivo y soy se transforma en una historia, en un dibujo ¡¡En un libro!!