sábado, 22 de agosto de 2020

Colibrí


El colibrí soy yo, uno de rara especie que me ofrecían en la tarjeta de transparencias. Pero el de las transparencias era recién nacido, libre y feliz.

¿Cómo podía ser ese? He perdido la memoria. Los colibríes sólo necesitamos aire, luz, el néctar de las flores y la infinita libertad azul para volar a nuestras anchas.

¿Quién se atrevió a poner mis alas en un estuche? ¿Y a atravesar mi corazón con una espina? ¿Cómo osó lastimar mi alma sutil y elevada?

He de recobrar mi espíritu, mi esencia etérea. Mis alas volarán con más ímpetu que antes y sólo el rocío dulce y fresco de la mañana podrá enjugar mis ojos, porque he vuelto a nacer, libre y feliz, aunque aún no me haya dado cuenta.



Ampudia, 2014

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